sábado, 17 de abril de 2010

Hipertensión arterial

la hipertensión arterial se debe a un déficit de nutrientes causado por una alimentación deficiente o inadecuada, al sedentarismo, al estrés, al entorno vital, al estilo de vida y al carácter.

Y lo malo es que la hipertensión pasa desapercibida muy a menudo ya que la gente no está habituada a controlarse la tensión de forma habitual salvo que se le haya diagnosticado alguna dolencia y entonces sí lo haga con asiduidad. Sin embargo, sus síntomas son característicos: dolores de cabeza, insomnio, mareos, disminución
del rendimiento, a veces sofocos, etc.


La hipertensión puede ser grave en sí misma pero además es un factor de riesgo porque los órganos pueden verse afectados si no les llega bien la sangre y, por tanto, provocar distintas patologías; especialmente las de carácter cardiovascular. Es pues necesario saber con suficiente tiempo de antelación si se padece hipertensión ya que atajar el problema puede permitir evitar posibles complicaciones muy serias. Por ejemplo, si afecta al aparato circulatorio provocando insuficiencia coronaria, insuficiencia ventricular izquierda o arteriosclerosis.
a los riñones provocando insuficiencia renal, hematuria y
retención de urea.

al cerebro provocando cefaleas, vértigos, encefalopatía hipertensiva,
convulsiones. En suma, dado que existe un riesgo importante de que algunos
órganos resulten afectados se hace indispensable llevar a cabo un seguimiento regular de sus niveles y controlar cualquier desviación con rapidez.

Sin embargo, lo mejor como siempre es la prevención. Y es en ese ámbito donde juega un papel fundamental la Nutrición ya que la hipertensión está directa e inexorablemente unida a nuestras costumbres alimentarias, al estilo de vida y al entorno.

Tanto es así que se observa casi exclusivamente en los países desarrollados. En los países del Tercer Mundo es muy difícil encontrar personas hipertensas.

En cuanto a las causas que la originan hay que decir que pueden
ser múltiples y en ella se encuentran involucrados numerosos
factores. Enumeremos en todo caso los más importantes aunque
hay otros muchos que por su complejidad son de difícil supervisión:

-Una deficiente alimentación. Cuando el organismo no recibe
los nutrientes necesarios se deteriora. Y eso incluye las paredes
arteriales.

El sedentarismo. La falta de ejercicio genera muchos
problemas.

El estrés. Es la principal causa en muchos casos.

El sobrepeso (y, por ende, la obesidad). Diferentes estudios clínicos demuestran que es un agente determinante.

El consumo de café, alcohol, sal y tabaco. Son factores que influyen en el aumento de la tensión arterial.

El entorno. Dónde y cómo se vive influye a veces de
forma determinante.

El carácter. Las reacciones psicológicas y emocionales
influyen mucho en la tensión.

La edad. Porque conforme nos vamos haciendo mayores
la presión arterial suele aumentar. Obviamente hay otros factores
a considerar como los antecedentes familiares y genéticos, las
anormalidades en el metabolismo del calcio, la exposición al
plomo medioambiental.

Es importante señalar, por último, que la hipertensión no puede
mantenerse mucho tiempo sin ser tratada adecuadamente por los
riesgos graves que conlleva.

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